miércoles, 16 de febrero de 2011

Catástrofes naturales.

Ya de por sí la palabra catástrofe nos hunde en un mar de amargura. todo el mundo piensa en su vida y nunca le gustaría presenciar una catástrofe, o mejor dicho, no le gustaría que le afectase. Pero una catástrofe no es lo que todos pensamos...

Vivimos en un mundo, una época, unas circunstancias en la que todo el mundo piensa como la sociedad le impone, y no nos damos cuenta que todo se puede ver de diferentes formas. Una catástrofe no es mas que la organización de la Tierra, pero a lo que nosotros nos importa son las perdidas físicas. Caemos en un remolino de pensamientos al ver que todo lo que poseemos se desvanece sin causa alguna, nadie ha hecho nada...

La humanidad detesta las catástrofes por que suponen la perdida de todo aquello que poseen. Los mas normal es que cuando salen luego por la televisión hablando dicen cosas como 'lo he perdido todo', 'lo importante es que nosotros estamos bien', 'ha sido una gran perdida'... todo mentiras... estamos tan acostumbrados a la muerte que si alguien muere no nos afecta en absoluto, sólo si éste era alguien cercano, pero lo que de verdad nos interesa es aquellos que hemos perdido, a lo que me refiero son las casas, los coches, esos magníficos televisóres... todo mal, pero sin embargo nadie se para a pensar que eso ha sido un regalo. Todo el mundo se limita a pensar que está arruinado y que no tiene nada, más la forma correcta de pensar es 'voy a comenzar de nuevo'.

Se perfectamente que parece una locura, pero, ¿acaso lo es?... No, obviamente, pues ante tales perdidas prefiero ver que ha sido un regalo de la naturaleza. ¿Qué regalo?, pues nada más y nada menos que La Vida..., nos ha retirado todo aquello que nos hacia vivir de forma obsesamente de vivir nuestra vida. Estoy totalmente a favor de tener una casa, pues mentalmente somos animales territoriales y necesitamos nuestro espacio, pero de ahí a tener un televisor... un televisór que sólo le sirve a nuestro estado estado para mentalizarnos de cómo debemos de vivir, en la que se nos retira de nuestra vida. Un televisor es como aquel centro de Un mundo feliz en el que ponían a las personas para inducirles su forma de vivir bajo la ayuda de la hipnosis bajo el sueño. Un coche no es más que un mecanismo para contaminar y ablandarnos, pues a mis, relativamente, pocos años de edad he sido capaces de hacer tareas de transporte impensables sin la necesidad de una coche, sino una simple bicicleta. Mi bicicleta a la que tanto amo y con la que tanto viajo. De nada sirve aquél espejo que tenemos de forma casi obligada en nuestro cuarto de baño para estar en buen estado y así presentables antes la sociedad y siempre ser admitidos.

Vivimos bajo la necesidad inducida que nos presenta la actual sociedad, sociedad la cual es conducida por expertos conductores. Conductores que saben donde ir, cómo llegar, a quien dejar dentro del vehículo y a quien expulsar. Por ello, prefiero mil veces ser esa persona excluida, un vagabundo, una víctima de 'la catastrofe' a ser un sustrato representado bajo un número en informes de un estado que impone su forma de sociedad.

La catástrofe no es mas que un aviso de la naturaleza, un chasquido, para hacernos recapacitar sobre cómo vivimos... nos hace ver que una vida basada en el exceso sedentarísmo no es mas que una forma de morir lentamente.

Los truenos ya se acercan sobre nuestro hermoso horizonte, nos están llamando, ¿los escuchas?...


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