martes, 27 de diciembre de 2011

Somos recuerdos.


Recuerdo que mi profesor de filosofía siempre nos hacia una pregunta: “¿qué somos? ¿Soy yo el mismo que el niño que aparece en mi foto de comunión, aun habiendo cambiado cada molécula de mi cuerpo y cada pensamiento? Si he cambiado completamente ¿por qué soy el mismo?” siempre me quedé pensando en esa pregunta. No sabía que responder, pero lo único que sabía decir que había una “conexión” entre ambos. Bueno, hoy día puedo responder a esa pregunta y decir que somos recuerdos. Esa conexión entre ambos es el recuerdo.

Tú sabes quién es tu padre porque le recuerdas. Recuerdas todo lo que has hecho, por lo que conoces como es su personalidad. Si por un accidente pierdes la memoria, tú ya no eres el de antes. A los ojos de los demás serás el mismo… pero cambiado debido al accidente. Ahora supongamos que todo el mundo pierde la memoria, entonces nadie sería nadie. Ya no existirían tus padres, ni tus hermanos ni primos, no tendrías pareja ni amigos.

La conexión que hay a lo largo del tiempo en una persona es el recuerdo, tanto el que tiene él sobre sí mismo como el que tienen los demás sobre él. Además, el recuerdo hace inmortal a las personas. Todo el mundo quiere ser alguien importante y ser alguien en la historia, pero para conseguir eso, hay que ser recordado. Si te recuerdan, jamás morirás, siempre estarás en todas aquellas personas que te recuerdan. Además, puedes dejar tu huella para el resto de los tiempos escribiendo, inventando un nuevo objeto, ayudando… y así no ser olvidado.

Eres la misma persona que aquel niño de la foto de recién nacido porque eres recuerdos. Mientras seas recordado, nunca morirás. Recuerda, porque sólo así mantendrás vivo a todo el mundo.






In memoriam Juanra.





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