jueves, 28 de febrero de 2013

Alas para saltar y volar


Día de estar entre cuatro paredes. ¿Qué hacer?
La ventana está abierta, pero me faltan alas para saltar y volar.
Alas, que no voluntad. La voluntad siempre me da la mano

Correr hasta quemar el mundo,
saltar hasta romper la tierra,
soñar hasta quemar el viento.

¿Soñar? No quiero soñar, quiero vivir.
Con los pies en la tierra… y la cabeza en las nubes.
El corazón en los animales… y los pulmones en los vegetales.

El fuego por sangre... y el agua por piel.
Las ganas arden, el viento se consume.
Los miedos se ocultan, la valentía emerge.

¿Qué hacer, más que golpear la oscuridad?
Más que golpear, volver a la inocencia.
Ser un crio, para vivir y volar. Volar y soñar. Soñar y vivir...


 



martes, 19 de febrero de 2013

En tu nada

Y no me acostumbro a no verte a mi lao,
y me siento perdio me siento abandonao,
y hoy por má’ que lo pienso no quiero ponerme a pensáaa...

Me duele tanto y tanto sabé’ que no voy a volvé’ aaaa verte
que me hase falta querer creer...
No tengo fuerzas ni tan siquiera pa’ seeer fuerte
quiso la sá verme padeseee...





lunes, 18 de febrero de 2013

Tótem

Cap. 1

-¿Cuándo lo encontraste? - Pregunté.
-Pues… hace una hora - Dijo la niña sin apenas poder hablar.
-¿Y qué hacías por aquí?
-Jugaba con mis amigos, y me escondí por aquí.
-Venga, niña, ve allí con ese hombre, que tiene que hablar contigo, ¿vale?
-Sí…

A veces se nos presentan casos difíciles, mientras que otros se resuelven al instante. Este caso es el de un suicidio, pero hay algo que no me encaja… y no es por el lugar en sí, sino por aquel objeto que se encontraba justo a su lado y la nota en la que ponía “truth”. Se suicidó con cicuta, aquí, en medio de este parque, algo no muy normal. ¿Quién iba a querer suicidarse escondido en unos matorrales de un parque? Sea como sea, no creo que se trate de un caso más.

Querría llevarme la nota y el objeto conmigo para hacer una investigación personal, pero ya todos lo han visto, e incluso antes que yo. Lo mejor será seguir el procedimiento normal y seguirlo muy de cerca. Mandaré a revisar los objetos ya y me pondré manos a la obra.

Cap. 2

Dicen que la letra esconde algo. Han comprobado escritos antiguos y ésta letra es diferente. Además, el papel está cortado a mano, pero con mucho cuidado. ¿Quién iba a interesarse por el papel cuando lo que va a hacer es suicidarse? Sin embargo, ese objeto nadie sabe lo que es. Es algo electrónico y con una cubierta lisa, con una forma un tanto parecida a una peonza trapezoidal.

Ya no hay investigación que valga. Me llevo el objeto y las consecuencias ya llegarán. De momento, nadie se va a dar cuenta, así que tengo tiempo de sobra para investigarlo. Mi vecino sabe bastante sobre electrónica, él me podrá ayudar.

No sé qué es exactamente esto, pero sin saber por qué noto que esto tiene que ver con ese suicidio. Tendré que mirar bien el historial de aquel hombre y saber sobre él, aun que no podré acercarme aun a la familia. Los vecinos sí que me podrán decir algo, y los lugares donde compraba también sabrán de él. Fuera aparte, aun sigo sin entender por qué una persona puede llegar a quitarse la vida, y que por ello algo gordo debe haber detrás.

Mi vecino no está, pero le he dejado una nota por debajo de la puerta, así que mientras llega investigaré sobre el sujeto y trataré de saber qué es el dichoso objeto, pero no sé por dónde empezar. Primero, mientras leo el historial de la persona, puedo ver que ha tenido una vida normal; profesor de ética en un instituto, separado desde hace unos años, sin hijos, 31 años de edad, sin antecedentes… y poco más sale por aquí. El problema principal sigue siendo el objeto, que no sé qué es ni cómo funciona. Presiono las diferentes pareces, pro no sucede nada, sin embargo puedo ver que dentro hay circuitos, cables y demás, y eso es porque las paredes no se tocan entre sí, sino que está abierto.

Acaban de llamar a la puerta y es justo mi vecino, le he invitado a pasar y le he mostrado el objeto. Lo ha mirado sorprendido pero sin saber de qué se trata.

-¿Y decías que lo tenía en la mano?
-No, justo a su lado. Cerca de la mano, así que se le debió de caer tras tomarse la cicuta.
-¿Y si alguien se lo puso ahí?
-No, no habían mas huellas, solo las suyas y se trata de un lugar por donde no pasa nadie.
-Hmm… no sé. No le veo sentido a este objeto. No hay ninguna pantalla, ni altavoz, la estructura es simple y sin más complejidad, además de no tener ningún tipo de conexión… parece ser más un objeto de contacto directo con algún cuerpo que un complemento de algún otro.
-¿Qué conexión?
-Ninguna, no la hay, pero sí quizás haga algo al entrar en contacto con algún cuerpo… algún material.
-¿Podríamos saber cuál es?
-Eso estoy pensando, pero no llego a ninguna conclusión…
-Bueno, entonces no me queda otra que seguir investigando.
-Yo por mi parte le saco unas fotos y hago lo mismo, pero antes déjame preguntarte algo… ¿estás bien? ¿Has hablado ya con tu madre?
-Perfecto, pues en cuanto tengas algo házmelo saber. Iré a la biblioteca más tarde a buscar algunos archivos sobre éste tipo de objeto.
-Marc…
-Para ya.
-Como quieras, pero deberías hacerme caso por una vez.

Cap. 3

Aquí tengo docenas de libros hablando sobre objetos similares, pero no encuentro nada. La mayoría tiene algún tipo de conexión  y son complementarios de otros mucho más complejos, todo lo contrario a lo que me dijo mi vecino. Aquí no puedo investigar nada, así que mejor le pido un favor a la bibliotecaria para que me deje sacar todos estos libros a la vez.

De casualidad, en el camino a casa me encuentro con un antiguo amigo, profesor de física en la universidad, y aprovecho la situación para preguntarle sobre el objeto. Oliver es una persona mayor, culta y alegre, pero se le cambió la cara al enseñarle el objeto.
-¿Sabes qué es? – pregunté.
-Pues no lo sé, jamás he visto este objeto.
-Y tu cara, ¿por qué ha cambiado tan repentinamente?
-Marc, hay cosas que se nos escapan de las manos. Olvídate de éste objeto y haz otras cosas más interesantes. Además no…
-Es muy importante que me lo digas – insistí rotundamente.
-Marc… tengo prisa. Perdona pero me requieren en otro lugar. Olvídate de esto como ya te he dicho y continúa con tus quehaceres.
-Oliver, ¡vamos, solo necesito alguna pista! – Le grité mientras se alejaba.
-Lo siento, Marc. Solo sé que la verdad no nos hace libres, sino esclavo de nuestra decisiones.
-¿Qué significa eso? – Le seguía gritando, pero no me respondía – ¡Es demasiado importante para ignorarlo!

¿Verdad? ¡¿Qué verdad?! Es sólo un objeto, no un papiro de filosofía. Y no solo basta con eso que encima todos estos libros hablan de objetos sin sentido y que no sirven de nada. Un momento…

Camp. 4

-¿Quién es?
-Hola hijo, ¿cómo estás?
-Hola mamá, pues aquí trabajando, como siempre.
-¿Cuándo te vas a pasar por casa? Hace tiempo que no vienes por…
-Estoy trabajando.
-Lo entiendo, pero ¿cuánto tiempo hace que no nos vemos? ¿Meses? Y ya no pue…

No tengo más opción que la de colgar, me estorba y necesito estar concentrado. Oliver me habló de ‘verdad’, y el sujeto tenía una nota con la palabra ‘truth’. ¿Qué tendrán que ver entre ellos? Lo único que tengo es una conexión objeto-verdad y un pilar de libros con autores de hace décadas…

Aun que pensándolo bien… este objeto no puede ser de hace mucho, y entonces ¿cómo es posible que hayan autores tan antiguos? Norbert Wiener, muerto en 1964… Alfred Schland, que según veo, murió en… ¡1824! ¿¡Cómo es posible que una persona hable de estos objetos desde hace tanto tiempo!? Sus libros son bastante complejos, necesitaría a alguien que me lo explicase, pero quizás no tenga tanto tiempo. Creo que antes estarán aquí mis compañeros pidiéndome el objeto y juzgándome.

Me empapo con los textos de los libros. Llaman a la puerta. Estos autores son prodigiosos. Es mi hermana preguntando por mí. No abro. Los golpes no me deja leer. Pongo música fuerte. Los objetos interactúan con el usuario. Han pasado varias horas, mejor quito la música, no habrá nadie fuera. ¿Cómo se activa? Con el paso del tiempo lo han mejorado. Comienza a llover. Tengo frio. Me echo una manta por encima. Los libros, la lámpara y yo quedamos debajo.

No sé lo que es, pero sé activarlo… ¿quizás fue esto la causa de que aquél hombre se suicidase?

Cap. 5

Solo un silbido en cierto tono… y el objeto hará efecto. No todo el mundo puede hacerlo, así que espero ser de las personas adecuadas. Es un momento tenso, no querría morir por algo como esto, pero por otro lado quiero saber qué sucede.

Me pongo en pie y me dirijo al centro del salón donde está todo despejado, me siento por si me caigo y sujeto el objeto delante de mi cara mientras pienso lo que voy a hacer. Tras unos segundos, lo agarro bien y comienzo a silbar en el tono más bajo para ir subiendo poco a poco. El objeto no hace nada y yo sigo subiendo. Debido a que voy lento para no saltarme ningún tono, paro para coger aire y continuar, hasta que llego a un momento en el que el objeto hace “click”, y no sucede nada más.

Entonces caigo al suelo desplomado y mi cuerpo se mueve como si me estuviesen electrocutando, pero todo es muy silencioso, no se escucha nada más. ¡No puedo gritar! Y pronto me quedo sin poder ver, ni sentir…

Cap. 6

-¿Qué me pasa?
-¿A caso no es lo que querías?
-¿Querer?
-Querer. Querer saber la verdad.
-¿Qué verdad?
-La que no quieres admitir. ¿Te haces muchas preguntas, verdad? Quieres saber muchas cosas, pero te da miedo saber las respuestas. Sabes que lo que puedes oír no te gustará, así que mejor no seguir, o imaginarte que no es así…
-¿Qué sabes?
-…Queremos que todo salga según nuestros planes, y no somos capaces de aceptar que no somos dioses fuera de nosotros y que solo lo somos sobre nosotros mismos. ¿Por qué crees que aquel hombre se suicido? Porque descubrió las respuestas a sus preguntas…
-¿Qué me puedes decir?
-Ya nada, solo soy un pensamiento residual. Hasta hace unos segundos eras libre, pero desde ahí fuera te han parado.

-¿Con quién habla? – preguntó un medico desde detrás de un cristal a su compañero.
-Aun está delirando. Hasta dentro de unos minutos no estará en equilibrio.
-Si nos llegan avisar tan solo un minuto más tarde…
-Sí, suerte que la hermana llegó a tiempo.







martes, 12 de febrero de 2013

Rompe-platos

Había una vez una familia muy humilde que no sabía lo que el futuro les tenía preparado. El hijo mayor, desde hacia unas semanas, cogió la costumbre de romper los platos después de cada comida.

La madre se estaba empezando a preocupar porque cada vez tenían menos platos, mientras que el padre se ponía a buscarlos sin dar nunca con ellos. La rutina era siempre la misma: hacían de comer, preparaban la mesa, comían y todos recogían excepto el hijo mayor, que prefería romper los platos. Fue un día cualquiera cuando su hermana se dio cuenta de lo que sucedía no era otra cosa que al romper su hermano los platos, estos luego no los volverían a poder usar, puesto que los tiraban a la basura.

La hermana rápidamente se dirigió a su padre para contárselo, pero el padre le dijo que no le molestase, que estaba buscando los platos, pero la joven insistió y al padre no le quedó otra que tener que pegarle como forma de castigo. Al ver que su padre hacia caso omiso, se dirigió a su madre e intentó contárselo, pero le dijo que no le molestase, que estaba enumerando los platos que tenían en la encimera.

Llegaron al punto en el que apenas tenían platos, y la familia decidió hacer una reunión. Los padres, al ser mayores y con más experiencia, harían de investigadores y jueces. El hijo mayor, como le habían visto cogiendo muchos platos, sería convocado como ‘experto en platos’, y la hija menor, como había estado molestando mucho, había sido convocada como ‘alborotadora’. En la reunión, los padres expusieron los hechos, y tras decir que no había explicación, cedieron el turno de palabra al experto en platos. Éste, solo pudo decir que quizás los platos estén mal creados, y que lo que hay que hacer es romperlos al terminar de comer para que al tenerlos que volver a usar hayan aprendido la lección.

A los padres les encantó la idea, pero ahora debían de cederle el turno a la hija menor, que era una alborotadora. En su intervención, dijo que su hermano no era ningún experto, sino que era un rompe platos y un mal educado, y que la culpa era suya, ya que al romperlos luego había que tirarlos y no volvían a la encimera. Al terminar su turno, sus padres muy cabreados le dijeron que era una mal educada, que tenía que respetar a su hermano, sobre todo tras exponer una teoría tan maravillosa proveniente de un autentico experto en platos.

Al cabo de los días, la familia se quedó sin platos. Fueron a los vecinos a pedir más platos para romper.


Ada Colau en el Congreso:


Convocatoria de la PAH: