Para cuando las hojas caigan, ya el viento habra hecho su trabajo.
Los arboles se habran peidano y la tierra se habra alimentado.
¿Es el viento, a caso, culpable de la tarea realizada por el arbol?
Que cuando las hojas padecen, la savia huye.
Pero siempre brilla el sol, o se presenta el agua,
y con el aire de la mano engordara aun mas su tronco.
Y es que el arbol es arbol, a pesar del viento, el agua,
el aire, sus hojas o el mismo devenir.
Pero el arbol es arbol,
y todos aman los arboles.